Música: Giusy Caruso, la pianista de la sutileza y el intimismo

style="float: right; margin-bottom: 10px; font-weight: 600;"Fri 29th May, 2015

Giusy Caruso, la pianista italiana que visitó este mes la Argentina, embelesó al público con una serie de actuaciones sucesivas en diferentes escenarios.

El sábado 16 de mayo brindó, en el Teatro Argentino de La Plata, un concierto bajo el título "Around Midnhight: when sound meets the silvery moon colour" ("Alrededor de la medianoche: cuando el sonido se encuentra con el color de la luna plateada"); el martes 19 se presentó en el Auditorium D. Petriella, de la Asociación Dante Alighieri de Buenos Aires, donde interpretó obras de su trabajo "El misticismo de un diabólico romántico", que consta de siete piezas de carácter religioso compuestas por Franz Liszt.

Coronó su itinerario en el Centro de Experimentación del Teatro Colón. Ante una sala colmada, ofreció un repertorio del siglo XX: Obras de Messiaen, Charpentier, Boulez y Crumb.

Histriónica y con un toque prodigioso, la artista italiana sobresale en talento. En sus interpretaciones conviven la espiritualidad y la brillantez: sabe ir con sencillez a los recodos más profundos, pero también se permite el virtuosismo más efectista.

Nacida en Cosenza (Calabria), domina de modo extraordinario la técnica de su instrumento, y tiene una especial capacidad para atraer al público: su gallardía y buen aire, especialmente en los gestos y el movimiento del cuerpo, son características que la tornan hipnótica.

Docente e investigadora en musicología, Giusy Caruso  tiene otros intereses: la filosofía, disciplina en la que obtuvo el título de grado y la calificación cum laude en la Universidad de Reggio Calabria; el yoga, las culturas orientales, el teatro, la danza y la improvisación.

Se caracteriza por transgredir los cánones de los conciertos de música clásica; ha concebido y realizado propuestas realmente originales, como el recital "George Sand explica a Chopin", un espectáculo en el que la literatura y el piano están imbricados: al paso que Giusy Caruso interpreta nocturnos y preludios de Chopin, la actriz Patrizia Gallo recita textos de cartas redactadas por George Sand, la escritora francesa que fue amante de Chopin durante años. Los escritos, de singular y extraordinaria calidad literaria, narran historias de la vida íntima del compositor polaco.

 Agradable en la conversación y en el trato, la pianista italiana fue entrevistada por Buenos Aires Eye. 

 

¿Qué autores influyeron en vos desde un comienzo? 

Empecé a tocar el piano cuanto tenía 10 años. A esa edad, los compositores que más influyeron sobre mí fueron Bach, Chopin, Mozart y Brahms (de este último, sobre todo, sus sinfonías).  Me sentía particularmente atraída por la obra de Franz Liszt.

 

¿Eres discípula de alguna escuela de técnica pianística, en particular?

A lo largo de mi carrera, diversas escuelas pianísticas me han influenciado, de diferentes maneras: la escuela de Vicente Scaramuzza; la rusa, y la francesa, entre otras. La escuela japonesa también me fascina.

 

¿Por qué te inclinaste por la música contemporánea?

Quiero llegar a la gente. Quiero lograr que la gente escuche mi música de una manera diferente; pienso que esa es la principal razón por la cual elijo tocar música contemporánea.

La música contemporánea exige que el público adopte una actitud activa, crítica; que sea imaginativo, tal como ocurre con las artes visuales contemporáneas.  

 

¿Cuáles son tus compositores contemporáneos preferidos?

En los últimos años me centré en el repertorio de ciertos compositores franceses, tales como Maurice Ravel, Olivier Messiaen y Jacques Charpentier. También me he interesado por ciertas obras del compositor italiano Nino Rota.

Te adentraste en el estudio de ciertos aspectos de la cultura de Oriente. ¿De qué disciplinas orientales te has valido para mejorar tu interpretación?

Mi preparación incluye ejercicios de relajación; de respiración; expresión corporal; métodos para fortalecer la capacidad de concentración. Todo lo cual está orientado a mejorar el desempeño sobre el escenario. También me sirvo de muchas técnicas derivadas del yoga.

La cultura india me ha inspirado mucho. Comencé a practicar yoga cuando tenía 19 años, y estudiaba en el conservatorio. Empecé a hacerlo en mi casa, por mi cuenta: mi profesora de piano no me había dicho que lo hiciera. En aquel entonces  ya pensaba en mejorar mi concentración, mi relajación y mi manera de ser en el escenario. Advertí que para los músicos es muy importante la comunicación con el público; el estar relajado; los gestos musicales y la postura.  

 

¿Has practicado meditación?

Sí. Es muy importante. A través de la meditación uno puede crear su propio mundo. Y cuando estás en el escenario, estás en otro mundo.  

Hay ejercicios que exigen que te concentres en una parte del cuerpo durante mucho tiempo. Se trata de un entrenamiento mental, de una práctica: como la música. Cuando estás en el escenario necesitas pensar en la música y comunicársela al público.

 

¿Cuán relevante es la técnica pianística?

Pienso que la técnica es muy fundamental. De hecho estoy haciendo un doctorado en el departamento de musicología de la Universidad de Ghent, en Bélgica. Mi objeto de estudio son los gestos musicales. Voy a filmar mis interpretaciones, para estudiar luego mis movimientos. Se trata de un estudio científico de la música, porque uso métodos científicos. Y el trabajo también será analizado desde el punto de vista filosófico.

 

Tal como dijiste, estás haciendo un doctorado en la Universidad de Ghent; y elaboraste una tesis en estética musical en la Universidad de Calabria. ¿Cuál es, para vos, la relación entre la filosofía y la musicología?

La literatura y la filosofía influyeron en la música; así como la música ha inspirado a los escritores y filósofos. Puntualmente, la filosofía holandesa hizo nacer mi interés por vincular la música con la filosofía. Pienso la música como una imagen, como la expresión de un pensamiento.

 

Grabaste un CD sobre las obras religiosas de Franz Liszt, bajo el título "El misticismo de un diabólico romántico." El álbum fue premiado por la crítica musical belga, que le otorgó la Etiqueta de Oro.  ¿Por qué elegiste ese nombre para el CD?

El título, en sí mismo paradójico y provocativo, procura subrayar el dualismo de la compleja personalidad de Liszt. Humano y místico, depresivo y vital. Liszt era todo es al mismo tiempo.

El virtuosismo de Liszt era diabólico, y eso seducía mucho al público. 

En 1861, luego de una crisis en su vida personal, Liszt decide consagrar su vida a la religión.  En 1865 recibe las órdenes menores y se convierte en abad (a pesar de que él había formado parte de la lógica masónica). Liszt estaba lleno de paradojas contradicciones y dualismos.

Para Liszt, la música es la esencia del universo; su obra (sobre todo a partir de su ingreso al monasterio) está íntimamente vinculada a la religión.

 

Liszt le dedicó una obra a San Francisco de Asís; y otra, a San Francisco de Paul.

 Sí. Liszt les dedicó dos piezas llenas de simbolismo, con onomatopeyas inspiradas en dos famosas leyendas: la prédica de los pájaros y los milagros en el cruce del estrecho de Messina. 

En "StFrançois d'Assise: La prédication aux oiseaux", el uso de una o, a lo sumo, dos voces sugiere una íntima y esencial religiosidad. Su lenguaje musical es poético, y se expresa a través de armoniosos trinos y arpegios. Hay diversos colores y timbres, que emulan el cantar de los pájaros. 

En "St. François de Paule, marchantsur les flots", utiliza trémolos; escalas diatónicas y cromáticas, en el registro medio- bajo del piano. Estas escalas y trémolos simbolizan las olas del mar, la tentación de Mefistófeles y el mito de Prometeo.

 

En el Teatro Colón, el bis fue una pieza de Alberto Ginastera. ¿Qué opinión te suscita el compositor argentino?

Creo que su trabajo es muy atractivo. De una manera muy hábil combina ritmos folclóricos argentinos con modernas técnicas compositivas.  Tiene mucha energía y un ritmo excitante; es lírico y crea una atmósfera alucinante. Ginastera me gusta mucho. 

 

¿Qué consejo le darías a un niño que recién comienza a estudiar el piano?

En primer lugar, les digo que amen la música; que toquen con el corazón. También les sugiero que conozcan el trasfondo de la obra, y la época en la que fue concebida. 

 

La historia y las tradiciones culturales que influenciaron al compositor son tan importantes como la pieza en sí misma. Si no entendemos esto, estamos perdiendo una parte importante, que es la clave para sentir e interpretar la música.  


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